Los últimos versos que te escribo no son de despedida,
lo último que te escribo, lo puedes robar, no reclamaré derechos de autor
porque lo que escribo es tuyo, no lo reclamo porque te lo regalo.
Las protestas que te redacto son delirios de bienvenida a tu nueva vida,
en la que no estoy y en la que nunca estuve.
No tengo objeción de que te marches pues siempre supe que tenías alma nómada.
No te permitiré jugar más con mi sangre, no dejaré que me encantes con tu sonrisa vibrante, dejaré de suspirar con tu barba rojiza y tu voz tan excitante.
Estoy harta de esperar el primer paso, estoy cansada de mirarte arrebatado,
mi paciencia tiene caducidad y no supiste explotar los días y las noches,
Tengo envidia de la musa a quien le cantas, con la que sueñas y a la que amas,
yo no tengo que competir con fantasmas. Yo soy real, tangible en tu soledad,
creyente de tus mentiras, fan de tu necedad, principiante de tus actos salvajes,
aprendiz de tu locura y leal a tu persona.
Yo no tengo que competir con nadie porque yo te regalo versos añejados.
¿Cómo te gusta que te quieran? ¿cómo te gusta que te toquen, que te miren o te besen?
es algo que jamás me contestaste y ya no me interesa saber, descubrí que mi manera de querer no encaja a tus maneras.
No pretendo quedarme dónde hay abundantes signos de interrogación.
Los besos que te di tal vez no los recuerdes, pues fueron besos envinados, envueltos en polifonía, quizá no significaron nada pero en la profundidad del hecho significaron todo.
Pues hasta un sordo escucha mis gritos ahogados y el ciego puede ver la manera en que te miro cuando llegas a algún lugar.
Mis versos no son de despedida, ni melancolía; mis versos son para ti, tu decides como tomarlos.
mktlanddotnet.wordpress.com 